El lugar está bonito, es muuuy tranquilo y calmado, la atención del personal es excelente, muy atentos. Todo normal, se entiende que es una hacienda y todo bien, hay agua caliente, el restaurante algo carito para las porciones, pero 100% se entiende y los chilaquiles son de lo mejor. Yo muy feliz la verdad! lo único pésimooo son las almohadas, son durísimas y muy altas, no tuve ninguna noche de buen sueño :( las camas matrimoniales son muy chicas como para dos personas, el colchón es firme y cómodo, mi único tema fueron las almohadas y mi familia se quejó de lo mismo. Ocupamos 7 habitaciones.