Nos alojamos en el Palacio de los Duques Gran Meliá y fue una experiencia muy agradable.
La atmósfera del hotel es acogedora y elegante, con una hermosa combinación de encanto histórico y confort moderno. El personal fue muy amable y servicial desde el primer momento, y nos hizo sentir bienvenidos durante toda la estancia.
Tuvimos un problema con la habitación y, al mencionarlo al personal, actuaron de manera rápida y profesional. Nos ofrecieron cambiar de habitación sin ningún inconveniente.
Eso marcó realmente la diferencia en nuestra experiencia.
Las zonas comunes son tranquilas y bien cuidadas, perfectas para relajarse después de un día en Madrid. La ubicación también es excelente, cerca del Palacio Real y otros lugares de interés en los alrededores.
Recomendamos este hotel a quienes buscan un alojamiento cómodo, con buen servicio, en un entorno tranquilo y sofisticado.