Es uno de los llamados onsen secretos japoneses. Está en la montaña junto a un río de aguas termales. Para una perderse en una escapada romántica es perfecto, Hay que reservar la comida, cena y/o desayuno con antelación, porque si no lo haces te quedas sin comer. El chico de recepción es muy amable, pero no nos dió la posibilidad de cenar, solo nos dijo que teníamos que ir al pueblo de Kiso, que está a unos 20kms y el único transporte que hay es taxi,a 4000¥ (25€)por trayecto. Es la única queja del lugar. El Onsen es auténtico, con terraza al río que corre libre, las aguas son son excelentes para la piel y los dolores de articulaciones. Es un onsen secreto al que si volvería, pero reservando la comida y con vehículo propio , para no depender de transporte en taxi.
