Es un gran hotel de 4*, aunque algún detalle empañó lo que tendría que haber sido una experiencia perfecta.
El personal de recepción perfecto, muy amable y dispuesto, como debe ser. Las instalaciones del hotel en general muy buenas, calidad y cuidado. El parking muy bien, el acceso a la rampa hay que hacerlo con cuidado si vas con un coche grande, pero sin más novedad, y las plazas de aparcamiento son de buen tamaño.
En la habitación, con camas individuales, la primera cama no la pudimos usar del ruido que hacía la estar en ella, menos mal que eramos 3 en una habitación con 4 camas. Debajo de las camas había mucho polvo acumulado. Desperfectos estéticos en la mesa disponible. En el cuarto de baño cuando llegamos el jabón de mano estaba agotado. Lo comentamos en recepción y subieron a reponerlo, pero en lugar de sustituir el bote vacío por el nuevo lleno, se limitaron a dejar el bote nuevo encima del lavabo, imposible sustituirlo porque va anclado con algún sistema de seguridad. Una de las bombillas led del techo parpadeaba rápido constantemente con lo que hacia la estancia en el baño muy desagradable y por último, la mampara abatible provocaba que se saliese el agua al ducharse, de manera que había que poner una toalla en el suelo para recoger el agua que se acumulaba en el suelo.
Es una pena porque a priori el hotel es magnífico y las instalaciones generales son de calidad, pero dentro de la habitación había varias circunstancias que impidieron una experiencia perfecta.