Es un Ibis... en fin.
Llegué a las 21:15 y no pude acceder a mi habitación hasta las 22:45 habiendo hecho el check online.
¡¡¡Se les habían acabado las tarjetas para acceder a las habitaciones!!!
La chica de recepción fue amable y nos invitó a cenar, no era culpa suya, pero, vamos un desastre.
Tardaron un rato en traer tarjetas de otro hotel.
Además, el restaurante estaba cerrado por obras y la camarera era una chica en prácticas que apenas hablaba castellano...
Siempre me arrepiento de reservar un hotel Ibis...
El desayuno no está mal, bastante completo.