Lo unico que me dejó su satisfecha fue la amabilidad de los meseros en el restaurante y la del bell boy que nos recibió. Son personas muy serviciales, respetuosas y atentas. Me arruinó mi estancia haber encontrado mi habitación invadida de olor a marihuana y me pasaron a otra habitación pero nunca me dieron una explicación.
Se nota que el hotel es un lugar que tuvo su momento de gloria pero ya se quedó atrás.