Hotel ubicado en una zona tranquila de Agra, a corta distancia de todas las atracciones turísticas, a las que se pueden acceder en metro o Tuk-Tuk (transporte más utilizado).
La habitación era muy cómoda, limpia y con todos los servicios necesarios, incluido una buena conexión a Internet.
El desayuno y la cena son complementarios y la particularidad es que se sirve en mesas comunitarias, es decir, compartida entre los huéspedes. Es una idea genial, porque, además de no comer solo, así se puede conocer gente de diversas nacionalidades. Una noche todos hablábamos en inglés y a la siguiente, por casualidad, lo hacíamos en español.
Lo mejor es la atención de todo su personal, siempre amables y dispuestos a brindar las indicaciones y ayudas que uno requiera.