La llegada es un poco confusa porque no había una recepción como tal, se produjo en el restaurante lo cual puede resultar extraño, aunque a la mañana siguiente sí que vi una recepción con dos mujeres muy amables atendiendo. Por lo general el nivel de inglés de los trabajadores es aceptable, pero se nota que no es una zona muy visitada por turistas extranjeros (de fuera de Alemania).
La habitación era muy grande, con camas muy cómodas y el baño era perfecto, realmente recomendable este alojamiento. En nuestro caso no disponíamos de terraza, pero las que habían al lado eran muy espaciosas y parecen muy acogedoras para cenar con vistas.
El entorno que rodea el hotel es increíble, dispone de múltiples caminos por los que pasear, con zonas verdes, un parque extremadamente grande con lagos...
La cocina se ve práctica, aunque no está equipada (entiendo que para eso se debe solicitar a recepción pero no estaba operativa cuando llegamos nosotros).
Del restaurante del hotel probamos la hamburguesa vegana, estaba muy muy buena y era casera, además con un precio muy ajustado.