El lugar está abandonado, limpio si, pero todo huele a naftalina que claramente se usa para mantenerlo sin polillas, los colchones son de resorte y viejos, no hay servicio alguno, urge un administrador ya que quien lo dirige vive en otro estado y por teléfono no arregla nada, en la cocinera ni en las habitaciones hay agua para tomar. La habitación que renté era mucho más chica de lo que se ve en las imágenes, solo entra la cama individual y un buró con el que choca la puerta, me lo cambiaron por el olor a uno más amplio pero igual, con mal olor y cama incómoda, el internet pésimo y los alrededores solitarios, solo un six encontré con algunas botellas de agua y cervezas pero nada para cenar. Lo bueno, la señora que hace la limpieza lo hace bien, es amable en el rato que la vi, el dueño contesta a los mensajes y apoya dentro de lo que puede, porque no vive allí como dije, pero es notable que no es un lugar habitado ni bien administrado y mantenido. La primera noche estuve sola en todas las instalaciones y no esta padre porque ni agua había; ni una persona a quien preguntar a donde ir. La calle es obscura y ni eso tiene, un foco que ilumine bien, la calle sucia con lama de agua que se escurre por allí y todo eso demuestra la falta de mantenimiento, tuve experiencias extra que no vale la pena mencionar porque se que están fuera del alcance de los dueños pero en general fue una mala experiencia. No lo recomendaría en lo absoluto.
