La ubicación es excepcional, el servicio de recepción bueno, el préstamo de bicicletas excelente para dar la vuelta Stanley Park que está justo a lado. Las habitaciones se sienten un tanto viejas y se ahorran tanto en amenidades que no se siente que estás en un hotel de 4 estrellas y menos por el precio que cobran. Lo peor es el tema de sus vouchers para desayuno, que en nuestra tarifa incluía. Al check in solo nos dieron un voucher que decía que era para 2 personas, a pesar de que éramos 4 divididos en 2 habitaciones. Me dijeron que no habría problema, sin embargo cada mañana era una molestia explicar, que llamaran a recepción para verificar, y las colas para entrar al desayuno, no ayudaban. Definitivamente le resta mucha categoría que te estén haciendo tan complicado el proceso de algo que ya pagaste. No me encantó.