La experiencia superó todas nuestras expectativas. El hotel es incluso mejor de lo que imaginábamos. Desde el primer momento, la atención del personal fue cercana, amable y siempre dispuesta a ayudar; nos hicieron sentir bienvenidos y cuidados durante toda nuestra estancia.
El desayuno merece una mención especial: sin duda, el mejor que he probado en un hotel. La chef no solo prepara platos deliciosos y variados cada día, sino que además transmite una calidez y amabilidad que hacen que cada mañana sea un auténtico placer.
Las instalaciones están muy bien cuidadas, y se nota la dedicación en cada detalle. Pero lo que realmente marca la diferencia es el equipo humano: todo el personal fue encantador, siempre con una sonrisa y con la mejor disposición para ayudarnos en todo lo que necesitamos.
En definitiva, una experiencia maravillosa que recordaré con mucho cariño. Sin duda, lo recomendaría y me encantaría volver.